Fotografía de embarazo | La vida de los otros

Querida Mariel,

ha pasado casi un año desde la última vez que pasaste por delante de nuestra cámara. Entonces lo hiciste de un modo muy distinto al de esta ocasión. Te enfundaste tu traje de novia, que te venía holgado, y sacaste del fondo de un armario un montón de trastos para disfrazarse. Recordamos bien aquel día. ¿Y tú? ¿Te acuerdas de que no encontrábamos ningún lugar que nos gustara para haceros aquellas fotos porque todos nos parecían aburridos? Y al final acabamos en vuestra casa, con las narices postizas y el confeti. A golpe de flasazo conseguimos una sesión divertida y original, con algunas fotos que todavía nos hacen reír mucho.

En efecto, ya casi ha pasado un año de aquella sesión de fotos y algo más desde que os hicimos las fotos de vuestra boda. Y en tan poco tiempo hemos vuelto a ser testigos y a dejar testimonio de vuestra vida. Puede que no lo hayas pensado, pero ¿te das cuenta de lo importante que es para nosotros retratar estos trozos de vida? ¿Has reparado en la responsabilidad que supone documentar la vida de una familia? Seguro que sí, porque te conocemos y sabemos que nos valoras como muy pocos lo hacen. De lo contrario, dudamos mucho de que el resultado de estas fotos hubiera sido éste. Porque si hay algo importante en una sesión de retrato es la confianza. Confianza entre fotógrafo y modelo. Confianza para posar y para disparar. Y el respeto. Respeto al entorno. Respeto al modelo. Y respeto a una profesión, la de fotógrafo, no siempre respetada.

Ahora ya han nacido tus hijos y nosotros hemos publicado estas fotografías, junto a esta carta. En cierta forma, la sensación de esta mañana soleada en tu cuarto se debía parecer bastante al confort de tus mellizos en tu barriga. Pero ahora ya estamos todos fuera, expuestos. Por ello, ¿te das cuenta? ¿Ves cuánta responsabilidad hay en hacer perdurar un momento?

Esperamos haberlo conseguido, pues os lo merecéis. Los cuatro.

María. Marco.