Patricia y David querían unas fotos. Unas fotos en su ciudad. Fotos que difirieran de los reportajes de pre-boda comunes, aunque el recorrido pasase por los escenarios estrella de Alicante. ¡Qué peligrosa la Explanada, con sus ondas amenazantes! Y el Benacantil, con el Moro pidiendo su cuota de pantalla. Novios, fotos, Explanada, Castillo, palmeras. Tantos años, tantas imágenes, tantas generaciones. Sólo faltaba el Sol.

Pero no, hacía bastante tiempo que buscábamos una ocasión para hacer unas fotografías como las que presentamos a continuación. Unas fotos a medio camino entre el planteamiento y el encuadre cinematográficos y la fotografía, aunque respetando la relación de aspecto de la segunda. Unas fotos en las que subir un punto el nivel de exigencia de la cámara, con una ISO alta y mayor grano. Fotos donde poder mezclar temperaturas o trabajar en entornos poco iluminados haciendo único uso de la luz disponible (de semáforos, farolas o neones) y, como nos gusta, potenciar el uso del color. Todo a media noche. Con el fondo roto. El Moro roto. La bellea rota. Algunas palmeras, eso sí. Acabando en un bar americano. De rosa chicle. Es diferente; glocal.

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