Boda en Valencia | Maruchuca
Maruchi y Machuca se casaron en El Machistre, museo de la horchata y la chufa. Y por rematar la frase, diríamos que fue “un set de juny” (dígase chuñ). Y no, no es chino, sino apichat. Valencià apichat, para ser exactos. Un dialecto del valenciano por el que, fundamentalmente, las jotas y las ges del catalán se transforman en ches.
Y esa es más o menos la historia de Mar, Maruchi. Una noia catalana que tras un partido del Barça conoció a Toni, Machuca, un xic valencià. Y como en el rapto de Europa, el valenciano se la llevó a l’Horta (en su sentido más amplio). Y en l’Horta (la Huerta, comarca de Valencia y la huerta literal) se casaron aquel siete de junio, rodeados de chés y de chufas.
La fiesta Maruchuca sonaba así. No fue una boda común. Fue una boda con muchas sorpresas y con muy buen humor. Sobre el tablero de l’Horta se desplegaron familias y amigos andaluces, catalanes y valencianos, que entraron a El Machistre por la granja de la alquería, con sus patos, sus cabras y sus gansos. La de Maruchuca fue una boda llena de coreografías al ritmo de Love of Lesbian, de fotografías colgadas de las paredes, de mensajes de optimismo, de pajaritas y de algodón de azúcar. Un desafío continuo a lo convencional que terminó en una fiesta cuyo pistoletazo de salida fue un brindis con litrona de Águila.
Por el color, la temperatura y el espacio. Por los acentos, el lugar y la luz radiante. Por los novios, sus amigos y sus familias. Por el aspecto y la actitud. Por todas estas cosas, contamos con unas fotografías maravillosas. Y como fotógrafos, estamos felices de haber guardado todas las miradas de este siete de junio, en el lugar más feliz del Mediterráneo.